¿Qué debo saber antes de operarme del ligamento cruzado anterior?

por Rubén Lara

¿Te vas a operar el ligamento cruzado anterior? Verás. Qué me dirías si te dijera que nos vamos de viaje hoy mismo en avión y que tienes que hacer la maleta pero sin conocer el destino. ¿Complicado, verdad? Lo lógico sería conocer bien el lugar a donde vas, buscar referencias de mejores sitios para alojarte o comer, informarte acerca del tiempo y la temperatura que va a hacer para estar preparado, sacar con tiempo al ticket de algún museo o monumento, etc. Pues algo parecido ocurre en las cirugías. La de reparación del ligamento cruzado anterior es una de esas cirugías que merece dedicar parte de nuestro tiempo en informarnos debidamente de lo todo lo que conlleva un proceso de este calibre. 

En nuestra clínica somos especialistas en esta patología y contamos con profesionales de mucha experiencia que te pueden ayudar. Hoy os explicamos en nuestro blog qué debes saber, o al menos los aspectos más relevantes si te has lesionado o has decidido operarte.

¿Qué le ha pasado a mi ligamento cruzado?

Ponerse en manos de profesionales de la salud será la primera decisión importante. Mediante pruebas de imagen, tests y una correcta valoración clínica conoceremos el alcance de nuestra lesión. El ligamento cruzado anterior hay que entenderlo como lo que es, un elemento de estabilidad pasiva de la articulación de la rodilla. Además, en él existen mecanoreceptores que mandan información clave a nuestro sistema nervioso central. Imaginémonos que vamos en nuestro coche. Bien, pues para conducir debidamente haremos uso de gran cantidad de información proveniente de los sensores del coche (ruedas, temperatura, velocidad, cantidad de combustible…) Pues el ligamento cruzado anterior podría asemejarse perfectamente a un sensor de nuestro coche, clave en el movimiento y en la constante adaptación de nuestro cuerpo al entorno. ¿Sin sensores podremos conducir? Depende. Depende del coche y de nuestro viaje.

¿Por qué debo operarme?

Esta quizás sea la pregunta más determinante de todas. Y no es fácil de responder. Cada individuo tendrá una balanza en la que por un lado, estarán los hallazgos objetivos del diagnóstico y los signos y síntomas asociados, y por otro, unos objetivos en relación con su vida diaria, edad y práctica deportiva.

A veces esa primera parte de la balanza hay que sumarle la existencia de posibles complicaciones asociadas, como una lesión meniscal o en el cartílago, que deben tenerse en cuenta a la hora de decidir realizar o no la cirugía. 

En la mayoría de los casos la existencia de impotencia funcional nos llevará a operarnos. Sin embargo, existirán casos en los que esa impotencia funcional, exista o no en mayor o menor medida, no sea la principal variable y pase a un segundo plano. Por que… ¿Qué es ser funcional? Para una persona de 20 años será probablemente correr, saltar, hacer deporte de alta intensidad. Sin embargo para una persona de 67 probablemente será andar, subir y bajar escaleras. 

Por supuesto, debemos ponernos en manos de los especialistas y tener presente que cada caso es único e individual. Cada uno tendrá su propia balanza en la que las variables cobrarán mayor o menor peso en la toma de decisión.

¿Puedo hacer algo de manera activa antes de operarme?

La cirugía es un proceso que nos afecta tanto a nivel estructural como a nuestro sistema nervioso central. De hecho, este proceso empieza desde el momento en el que nos lesionamos, no ya de la cirugía. Nuestro sistema nervioso central comienza a desarrollar estrategias para seguir adaptándose al medio aun con nuestro ligamento cruzado anterior lesionado. Alguna de esas estrategias pueden afectar de manera estructural a nuestro miembro inferior afecto y en consecuencia generar déficits en la marcha, pérdida de fuerza y en general,  una disminución de la capacidad funcional de la persona. Ahí cobra sentido una correcta evaluación y detección de esos déficits antes de la cirugía para, en la medida de lo posible, intentar abordarlos teniendo en cuenta la lesión.

Además, antes de la cirugía, trabajar la fuerza, una de las principales variables en este proceso, será de gran ayuda para prevenir una más que posible pérdida de masa muscular post cirugía. Por lo que te recomendamos realizar lo que se llama prehabilitación antes de operarte.

¿En qué profesionales puedo confiar?

Ponte en manos de profesionales con experiencia, conocimiento y recursos para abordar debidamente este proceso. Infórmate y planifícate bien. En Eshmún Sport Clinic tenemos una gran experiencia en esta lesión. Contamos con fisioterapeutas y entrenadores especializados para ayudarte en tu proceso de preparación pre cirugía, post cirugía o incluso con un tratamiento conservador.

¿Y qué puedo hacer por mi cuenta?

Será fundamental la implicación activa del paciente en todas las fases de la rehabilitación. Eso incluye una buena comunicación por parte de fisioterapeuta y paciente. Con sinceridad y honestidad será más fácil gestionar los posibles contratiempos que pudieran surgir. Mucha gente cree que hecha la cirugía, hecha la recuperación y que sólo es cuestión de tiempo “ponerse bien”. No. Hay que convercerse de que hará falta algo más y que no será un camino sencillo. Será necesario constancia, disciplina y compromiso por parte del paciente.

En Eshmún Sport Clinic somos especialistas en esta patología y contamos con profesionales de mucha experiencia que te pueden ayudar. Solicita información sin compromiso y te ayudamos con la rehabilitación de tu lesión.