por Michal Tomaszewski

Se trata de uno de los cánceres más frecuentes de los órganos reproductores. La mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino se deben a una infección por el virus del papiloma humano (VPH)

En sus estadios iniciales, el cáncer de cuello uterino no suele provocar síntomas, motivo por el que son tan importantes las citologías vaginales regulares, especialmente en las mujeres sexualmente activas. Informe al médico inmediatamente si experimenta alguno de los siguientes síntomas:

  • Flujo vaginal teñido de sangre
  • Hemorragia después de mantener relaciones sexuales
  • Hemorragia anormal: después de la menopausia, entre menstruaciones o menstruaciones excesivamente profusas
  • Aumento de la frecuencia urinaria
  • Dolor
  • Hinchazón de una pierna (observado en casos más avanzados)

Queremos presentar en esta ocasión un artículo de una amiga de la Unidad y compañera especializada en ejercicio y cáncer, ella es Aida Tórtola (Menos lazos mas zapatillas) doctora en Ciencias del Ejercicio especializada en paciente oncológico gracias a su tesis sobre la intervención a través del ejercicio en la musculatura inspiratoria y su efecto en la fatiga y mejora de rendimiento en cáncer de mama, un tema muy interesante del que hablaremos en otra ocasión en nuestro blog.

En las mujeres, el cáncer de mama es el diagnóstico mayoritario en todo el mundo, a continuación de los tumores de cérvix representando el 6.5% del total, seguidos de pulmón, hígado y tiroides (Torre et al., 2015).

Si un diagnóstico de cáncer afecta siempre de forma significativa la vida de una persona, en su salud y calidad de vida. Ya que durante el tratamiento es habitual que se produzcan efectos secundarios comunes a tratamientos similares, como lo pueden ser las alteraciones intestinales, fatiga, debilidad muscular, anemia e inmunodepresión, vómitos, dolor pélvico, desnutrición, síntomas neurológicos como la neuropatía periférica o la visión borrosa y otros propios de este tipo de cáncer como lo es el linfedema en piernas (referencia 3,4,5) y a largo plazo, problemas ginecológicos como  fallo ovárico prematuro, problemas de fertilidad, disfunción sexual (1,2), vaginal (7) y/o del suelo pélvico (8), y otras limitaciones de miembros inferiores ya mencionada como lo puede ser el linfedema (6).

Aunque disponemos de mucha literatura y evidencia científica sobre la importancia del ejercicio físico en supervivientes de cáncer (11,12) respecto a la mejora de la condición física y su supervivencia, en el caso de cáncer de cérvix, a pesar de compartir características con el cáncer de mama, como lo es la capacidad cardiorrespiratoria reducida (9), no disponemos de mucha investigación que vaya más allá del análisis de la mejora de calidad de vida y el estado psicoemocional de estas pacientes (10) y además durante la fase del tratamiento como ha podido realizar la Doctora Tórtola, por ello destacamos esta intervención que esperamos que de pie a muchas más.

 

El estudio en concreto es un caso práctico de una intervención en una mujer adulta, que tras ser diagnosticada de carcinoma epidermoide de cervix recibió 27 sesiones de radioterapia y quimioterapia de forma concurrente y administración de cisplatino. Par posteriormente realizar una intervención denominada braquiterapia ginecológica que consiste en la colocación de fuentes radioactivas encapsulas dentro o en la proximidad del tumor.

Se trata de una mujer con un historial deportivo a lo largo de su vida, especialmente de actividades con soporte musical y fuerza con el propio peso corporal. Sin mucha experiencia en trabajo de fuerza con cargas externas (hay que destacar que ya había participado previamente en un estudio de investigación de 8 semanas de duración).

El programa se valoró a través dos pruebas de condición física, siendo el test de caminata de 6 minuto (6MWT) y sentarse y levantarse cinco veces (5xSST). Así como el control de la composición corporal a través de la bioimpendcia electromagnética. Así como cuestionario especifico para el control de la calidad de vida.

Test validados y usados habitualmente en diferentes programas de ejercicio en supervivientes de cáncer, para valorar la capacidad cardiorrespiratoria y funcional (13). Sin considerarse especifico para el cáncer de cérvix.

Intervención del Ejercicio Físico.

El programa de ejercicio sigue las indicaciones de los posicionamientos internacionales sobre la prescripción de ejercicio físico en población oncológica (14-15). Basado en 2 sesiones semanales de entrenamiento de fuerza, supervisado, en un total de 12 sesiones. Realizado en la sala de musculación, compuesto de 7 ejercicios de fuerza y estiramientos finales, así como, ejercicios de core y suelo pélvico adicionalmente. Variando la intensidad en base a la temporalización de las sesiones de quimioterapia. Progresando en volumen y posteriormente en carga.

Mientras que el estimulo cardiovascular se basaba en la actividad física semanal, con pautas previas sobre el tiempo de actividad y la frecuencia cardiaca a alcanzar, realizando de forma autónoma pero siempre en compañía.

Representación gráfica de la intervención de ejercicio físico. BT: tratamiento de braquiterapia (gris medio); CTx: tratamiento de quimioterapia (gris oscuro); km: kilómetros; mm:ss: minutos y segundos; RT: tratamiento de radioterapia (gris); T: tonelaje del entrenamiento de fuerza (total de repeticiones x carga levantada); V: volumen del entrenamiento de fuerza (series x repeticiones); X: sesiones planificadas no realizadas.

 

Después de las 8 semanas de intervención se ha valorado el cumplimiento de este, siendo mas alto el componente de fuerza. Justificando como es habitual en estos perfiles que se encuentran en fase activa del tratamiento, la necesidad de adaptar la programación a los eventos clínicos y en base a la tolerancia del esfuerzo de la persona (especialmente para evitar la presión abdominal y reducir molestias en zona lumbar). Mientras que la prescripción cardiovascular se fue reduciendo a medida que avanzaban las semanas del tratamiento, tanto en tiempo, como velocidad de ejecución, cumpliendo con la recomendación de frecuencia cardiaca.

Los efectos secundarios fueron las habituales en este tipo de tratamientos, como las alteraciones gastrointestinales, así como fatiga, fiebre y psicoemocionales. Acompañadas adicionalmente alteraciones visuales y palpitaciones cardiacas, con afectaciones nutricionales, cutáneas y menstruales. A si como leves alteraciones sanguíneas habituales (anemia a partir de la segunda semana de tratamiento, valores elevados de proteína C-reactiva, descenso de leucocitos y linfocitos). Ninguno de ellos se relaciona como fruto del ejercicio físico.

Afectando esto a la percepción de la calidad de vida tanto a nivel global como funcional, especialmente las que hacen alusión a la experiencia de los síntomas e imagen corporal.

 

Después de las 8 semanas de intervención se ha valorado el cumplimiento de este, siendo mas alto el componente de fuerza. Justificando como es habitual en estos perfiles que se encuentran en fase activa del tratamiento, la necesidad de adaptar la programación a los eventos clínicos y en base a la tolerancia del esfuerzo de la persona (especialmente para evitar la presión abdominal y reducir molestias en zona lumbar). Mientras que la prescripción cardiovascular se fue reduciendo a medida que avanzaban las semanas del tratamiento, tanto en tiempo, como velocidad de ejecución, cumpliendo con la recomendación de frecuencia cardiaca.

Los efectos secundarios fueron las habituales en este tipo de tratamientos, como las alteraciones gastrointestinales, así como fatiga, fiebre y psicoemocionales. Acompañadas adicionalmente alteraciones visuales y palpitaciones cardiacas, con afectaciones nutricionales, cutáneas y menstruales. A si como leves alteraciones sanguíneas habituales (anemia a partir de la segunda semana de tratamiento, valores elevados de proteína C-reactiva, descenso de leucocitos y linfocitos). Ninguno de ellos se relaciona como fruto del ejercicio físico.

Afectando esto a la percepción de la calidad de vida tanto a nivel global como funcional, especialmente las que hacen alusión a la experiencia de los síntomas e imagen corporal.

Resultados evolución antropométrica y funcional

Partiendo de una situación de sobrepeso, se registro una pérdida de peso de un 491% normalizando el peso a los valores de referencia. Acompañado de una perdida de velocidad en el test de los 6MWT, reflejado en la distancia final (40 m menos), sin diferencias en la frecuencia cardiaca registrada y percepción de esfuerzo. Así como, un aumento en el tiempo de ejecución del test 5Xsst, aumentando en más de 3 seg.

Conclusión – Discusión

La autora describe en la conclusión final como en este caso se refleja la situación real de este tipo de intervenciones, más allá de las publicaciones con grandes muestras, en casos clínicos como este observamos con mas detalle las los efectos adversos del tratamiento presentes especialmente en estadios avanzados. Lo que altera el cumplimiento previsto del programa diseñado inicialmente. En este caso presentando limitaciones por las disfunciones del tren inferior asociados a dolor lumbar propio de este tipo de cáncer. Con necesidad de adaptar muchos de los ejercicios, remarcando la importancia del programa de ejercicio supervisado e individualizado por un profesional del ejercicio especializado para poder cumplir con las dosis mínimas recomendadas y alcanzar el estímulo necesario y alcanzar la adherencia.

Encontrando limitaciones derivadas de la ausencia de investigaciones sobre ejercicios físico en pacientes con cáncer de cérvix durante el tratamiento sin un programa ni pautas definidas, tanto en la aplicación como valoración de la funcionalidad y condición física. Sin poder aplicar el trabajo especifico previsto de suelo pélvico recomendado para este perfil. Requiriendo para estos perfiles un nivel extremo de individualización, con programas de mayor duración y atractivo para la adherencia y alcanzar resultados significativos.

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36792345/

BIBLIOGRAFIA

1. Johnson CA, James D, Marzan A, Armaos M. Cervical Cancer: An Overview of Pathophysiology and Management. Semin Oncol Nurs. 2019 Apr 1;35(2):166–74

 

2. Meixner E, Sandrini E, Hoeltgen L, Eichkorn T, Hoegen P, König L, et al. Return to Work, Fatigue and Cancer Rehabilitation after Curative Radiotherapy and Radiochemotherapy for Pelvic Gynecologic Cancer. Cancers (Basel) [Internet]. 2022 May 1 [cited 2022 Aug 28];14(9):2330. Available from: /pmc/articles/PMC9099439/

3. Sacomori C, Araya-Castro P, Diaz-Guerrero P, Ferrada IA, Martínez-Varas AC, Zomkowski K. Pre-rehabilitation of the pelvic floor before radiation therapy for cervical cancer: a pilot study. Int Urogynecol J [Internet]. 2020 Nov 1 [cited 2022 Aug 28];31(11):2411–8. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32601784/

Tórtola-Navarro A, Martínez-García J, Cano-Martínez A, Serradilla A. Exercise during treatment for advanced cervical cancer. BMJ Support Palliat Care. 2023 Feb 15:spcare-2023-004204. doi: 10.1136/spcare-2023-004204. Epub ahead of print. PMID: 36792345.

4. Tucker K, Staley SA, Clark LH, Soper JT. Physical Activity: Impact on Survival in Gynecologic Cancer. Obstet Gynecol Surv [Internet]. 2019 Nov 1 [cited 2022 Aug 28];74(11):679–92. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31755545/ 11. Schootman M, Aft R, Jeffe DB. An evaluation of lower-body functional limitations among long-term survivors of 11 different types of cancers. Cancer [Internet]. 2009 Nov 15 [cited 2022 Aug 28];115(22):5329–38. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19676109/

5. Schootman M, Aft R, Jeffe DB. An evaluation of lower-body functional limitations among long-term survivors of 11 different types of cancers. Cancer [Internet]. 2009 Nov 15 [cited 2022 Aug 28];115(22):5329–38. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19676109/

 

6. Bergmark K, Åvall-Lundqvist E, Dickman PW, Henningsohn L, Steineck G. Patient-rating of distressful symptoms after treatment for early cervical cancer. Acta Obstet Gynecol Scand. 2002;81(5):443. 13. Shan X, Qian M, Wang L, Liu X. Prevalence of pelvic floor dysfunction and sexual dysfunction in cervical cancer survivors: a systematic review and meta-analysis. Int Urogynecol J [Internet]. 2022 [cited 2022 Oct 27]; Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/36001098/

7. Peel AB, Barlow CE, Leonard D, DeFina LF, Jones LW, Lakoski SG. Cardiorespiratory fitness in survivors of cervical, endometrial, and ovarian cancers: The Cooper Center Longitudinal Study. Gynecol Oncol [Internet]. 2015 Aug 1 [cited 2022 Nov 6];138(2):394–7. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26026734/

 

 

8. Idorn M, thor Straten P. Exercise and cancer: from “healthy” to “therapeutic”? Cancer Immunol Immunother. 2017;66(5):667–71. 17. AL-Mhanna SB, Ghazali WSW, Mohamed M, Rabaan AA, Santali EY, Alestad JH, et al. Effectiveness of physical activity on immunity markers and quality of life in cancer patient: a systematic review. PeerJ [Internet]. 2022 [cited 2022 Nov 1];10. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/35935260/

9. Schmidt K, Vogt L, Thiel C, Jäger E, Banzer W. Validity of the six-minute walk test in cancer patients. Int J Sports Med [Internet]. 2013 [cited 2022 Oct 28];34(7):631–6. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23444095/

 

10. Campbell KL, Winters-Stone KM, Wiskemann J, May AM, Schwartz AL, Courneya KS, et al. Exercise Guidelines for Cancer Survivors: Consensus Statement from International Multidisciplinary Roundtable. Med Sci Sports Exerc. 2019;51(11):2375–90.

 

11. Pollán M, Casla-Barrio S, Alfaro J, Esteban C, Segui-Palmer MA, Lucia A, et al. Exercise and cancer: a position statement from the Spanish Society of Medical Oncology. Clin 16 Transl Oncol [Internet]. 2020;22(10):1710–29. Available from: https://doi.org/10.1007/s12094-020-02312-y