por Elena Pavía

El por qué entrenar si estás embarazada es fácil de resolver. Además de reducir el riesgo de múltiples enfermedades asociadas con la gestión como son diabetes gestacional y la preeclampsia, nos ayuda a mantener una composición corporal saludable y por tanto, nos alejamos del riesgo de padecer obesidad. 

También ayuda a evitar las temidas incontinencias urinarias que tan frecuente son en esta etapa, ya que les hacemos ser conscientes de dónde y cómo deben utilizar su zona lumbo abdominopélvica y perineal, les mostramos herramientas para emplearlas en momentos clave durante el embarazo, parto y nos adelantamos al posparto de manera que se sientan seguras y capaces de subsanar incomodidades de este tipo, ofreciéndole a su vez ayuda siempre que lo requieran.

El descanso nocturno es otro de los factores que mejoran la calidad de salud diaria de la futura mamá, ya que el sueño es algo que suele afectarse en esta etapa, y por tanto es algo muy positivo poder ayudar a que nuestro cuerpo regenere y se restaure.

Es necesario nombrar que la evidencia ya nos advierte que aquellas futuras mamás que entrenen les ayudará a disminuir el riesgo de parto instrumentalizado, así como a reducir la duración de la segunda parte del parto. Esto lo unimos a que consiguen ser mamás más fuertes, con más vitalidad y con más capacidad a afrontar un esfuerzo intenso y prolongado como es el proceso de parto, lo que mejoraría la experiencia de parto. El parto es movimiento, nuestro cuerpo es movimiento y nuestro bebé nos pedirá movimiento, y nosotras no podemos dejar de entrenar para este día.

¿INFLUYE TAMBIÉN EN EL BEBÉ?

Los bebés reciben como esté la mamá desde que se gesta. Por eso una de las piezas clave del puzle en cuanto a salud del bebé se refiere, va a ser el entrenamiento físico, que provocará una cascada de cambios y adaptaciones de la mamá, y de ella hacia el bebé.

En relación de lo que nombramos anteriormente, al prevenir enfermedades asociadas al embarazo, estamos previniendo a su vez enfermedades cardiometabólicas en sus hijos en su etapa adulta, ¡Qué importante es esto en la sociedad actual! saber que una gran parte está en nuestras manos, nos hace protagonistas de mucho mas de lo que pensamos.

Las otras piezas del puzle, serían la alimentación, la gestión emocional y el descanso, lo cual, indirectamente mejoraría las dos últimas también gracias al entrenamiento, ¡todo son ventajas!

¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE MUJERES QUE ENTRENAN EN EL EMBARAZO Y MUJERES QUE NO?

Habrás escuchado de forma frecuente a mujeres embarazadas decir que se sienten muy cansadas, verlas andar con dificultad y con más lentitud que lo que están acostumbradas, tener dificultades digestivas, hemorroides, piernas pesadas o con edemas al final del embarazo, dolores de espalda o pseudociáticas, cambios de humor constantes, miedo a no poder afrontar el parto con fuerza, dormir mal… y podríamos nombrar muchas cosas asociadas a la gestación.

Todas estas patologías e incomodidades, no por ser frecuentes, debemos asumirlo como normales, y lo más importante, podemos evitarlo cuando se mantienen activas y entrenadas.

Y al contrario de lo que a veces se piensa, nuestras hormonas en una gran parte van a nuestro favor, lo cual nos hará alcanzar un gran estado físico y sentirte increíblemente bien.

MITOS DEL EMBARAZO Y DEPORTE

  1. No hay que comer por dos. Podríamos decir mejor que hay que moverse por dos.

  2. No se puede coger peso durante el embarazo. Innegablemente, es imposible no coger peso, ya que iremos añadiendo kilos en nuestro cuerpo conforme aumente el embarazo y necesitamos movernos con ligereza, además de que cuando nazca nuestro bebé vamos a estar cargando con una criatura que superará los 4 kilos en muchas ocasiones y que nos exigirá una gran demanda. Independientemente de todo ello, es fundamental trabajar la fuerza, coger cargas, mantenernos fuertes para todo lo que conlleva esta etapa, haciendo que conservemos una buena composición corporal, ya que nuestros músculos son órganos endocrinos que nos ayudan a regular nuestro metabolismo, preservando nuestra salud en general y enfermedades como las ya comentadas.

  3. Es normal que tengas dolores de espalda o dolores en la pelvis. No es normal ni debes aguantar ningún dolor fuera de lo habitual, aunque el cuerpo se irá adaptando a los cambios anatómicos, se pueden prevenir con un entrenamiento físico adecuado y solventar con fisioterapeutas especialistas como las que contamos en nuestro equipo.

  4. El reflujo, dificultad al respirar, estreñimiento o hemorroides es lo normal en las embarazadas. La tendencia si nos mantenemos sedentarias, sin buenos hábitos posturales y sin una buena alimentación puede ser esa, por ello necesitamos movernos diariamente, y reaprender a respirar según para cada situación. Todo ello lo aprenderás en nuestras clases.

  5. Hagas lo que hagas, no puedes hacer nada para que tu parto se desarrolle de una manera u otra. En este caso, está claro que hay factores que dependen de nosotras y otros del ambiente y de las personas que nos acompañen en ese momento. Por lo tanto, hay una gran parte que podemos condicionar para que se desarrolle a nuestro favor, como predisponer a nuestro cuerpo a que libere tensiones que no son convenientes en el parto, reconocer qué posturas son las mas favorables según en qué situación nos encontremos nosotras y nuestros bebés, ya que al entrenar además tu cuerpo adquirirá mas autocontrol, saber utilizar la respiración durante dilatación y expulsivo, y por supuesto poder aguantar en buenas condiciones físicamente todo el proceso de parto.

  6. Solo se recomienda andar y/o nadar durante el embarazo. En este caso, serían dos buenas maneras de mantenerte activa, pero por supuesto no son las únicas y se quedaría insuficiente. Tan importante la fuerza como el entrenamiento cardiovascular.

  7. Hasta la semana 12 hay que estar en reposo. En líneas generales, sin ninguna patología previa ni contraindicación absoluta, se podría seguir practicando tu actividad física habitual teniendo consideraciones básicas de reducción de intensidad y control de impactos y frecuencia cardiaca. Puedes y debes moverte desde el día 1 de gestación, siempre con un entrenador especialista en embarazo y posparto.