por María Galván

El entrenamiento con restricción de flujo sanguíneo o entrenamiento oclusivo está asentándose como una buena alternativa para mejorar nuestra salud y por supuesto nuestra apariencia física. Las airdbands son una opción perfecta para llevar a cabo este tipo de entrenamiento.

¿Qué es el entrenamiento con restricción de flujo sanguíneo o BFRT?

El entrenamiento con restricción de flujo sanguíneo es una técnica de entrenamiento mediante la cual se colocan bandas elásticas, cintas con velcro o torniquetes en una o varias extremidades del cuerpo, situándolas en la parte más proximal de la musculatura a trabajar.

Las venas son vasos sanguíneos que transportan la sangre desoxigenada de vuelta al corazón, mientras que las arterias transportan la sangre oxigenada del corazón hacia las diferentes partes del organismo. Por lo tanto, el objetivo de realizar el torniquete o de utilizar este tipo de cintas, manguitos o bandas de compresión es restringir la salida del flujo sanguíneo que se produce en la extremidad. Para ello, se ejerce la presión sobre las venas más superficiales, las cuales se encargan del retorno sanguíneo, pero a su vez, la administración a través del flujo arterial hacia los músculos permanece activa, aunque en menor medida. La oclusión arterial solo se podría conocer de forma exacta mediante el uso de un eco Doppler, aunque existen aparatos en el mercado que recrean este tipo de estudios.

Por ello, se produce una entrada de sangre en el músculo, pero no su salida, pasando a encontrarse en un estado de acumulación de metabolitos y de déficit de oxígeno. De esta forma, se restringe el aclarado venoso y la llegada de nutrientes, promoviéndose un entorno hipóxico y de elevada acidez que será el idóneo para promover los principales beneficios que puede aportar este método.

El método de entrenamiento BFRT permite aislar las fibras musculares rápidas (FT) tipo IIb mediante dos procesos principales: 

  • Un entorno hipóxico que deja inutilizadas a las fibras de carácter aeróbico, produciéndose así la inhibición de la motoneurona alfa, la cual se encarga de abastecer a las fibras de contracción lenta (ST).
  • El entrenamiento a alta intensidad genera fatiga central, por lo que se deben evitar los entrenamientos de fuerza máxima o de alta potencia en la planificación. Para poder aislar las fibras rápidas (FT) debemos fatigar primero las lentas (ST), lo cual conllevará una gran inversión de tiempo, así como una alta fatiga periférica y descomposición muscular. Se deben respetar los tiempos de recuperación amplios.

El entrenamiento con BFR se puede aplicar en diferentes sectores como pueden ser:

  1. Hipertrofia: siendo el objetivo principal la mejora de los niveles de masa muscular a nivel mecánico, endocrino e incluso nervioso debido a las aferencias de los husos neuromusculares que permiten controlar las diferentes situaciones de dolor, los déficits de movimiento o cualquier otro output cerebral. El BFRT utiliza bajas cargas para el entrenamiento de la fuerza, entre el 20 -40% de 1RM, estableciéndose una relación indirecta entre el estrés metabólico (considerado el principal mecanismo para el incremento de la masa muscular, influido por la tensión mecánica) y el daño muscular. Además, diversos estudios científicos defienden la utilización de bajas presiones en BFRT dada su mejor tolerancia por el sujeto y por la obtención de resultados muy similares con respecto a presiones con restricciones superiores.
  2. Fuerza: la fuerza aplicada viene definida por la fuerza o tensión generada por los músculos y la fuerza que presenta la carga a desplazar, de manera que la interacción de ambas nos permitirá la transferencia hacia un gesto ya sea deportivo o de carácter cotidiano. El VBT (Velocity-Based Training) puede ser una herramienta de valoración útil para cuantificar la carga y así controlar las mejoras de fuerza. En cuanto a los resultados que pueden establecerse con este tipo de entrenamiento en relación con los mecanismos fisiológicos del organismo, encontramos que a corto plazo se producen mejoras a nivel del sistema nervioso, como cambios en la velocidad de conducción del sistema nervioso periférico o posibles modulaciones de la excitabilidad corticomotora del sistema nervioso central; a largo plazo se producen mejorías en la fuerza relacionadas con los cambios estructurales.
  3. Fatiga: se trata de un proceso multifactorial cuya interacción presenta como resultado la disminución del rendimiento de manera independiente a la variable medida como referencia. Será de vital importancia en este proceso la recuperación, cuyo principal objetivo será retrasar la aparición de factores que aumenten la fatiga y potenciar los factores que puedan prevenir su aparición. Hay que tener en cuenta los factores influyentes en el RPE (anchura del manguito, la presión, la localización, las variables del entrenamiento y las características del sujeto).
  4. Función vascular: las interacciones entre la función vascular y el ejercicio son bidireccionales, de manera que se establece una regulación positiva con el ejercicio de carácter aeróbico, mejorando así el stiffness arterial y la función endotelial. Por lo tanto, el BFRT presenta mejoras en la función vascular por la reperfusión sanguínea producida en el periodo isquémico local tras aplicar la compresión del manguito produciéndose así la acumulación de metabolitos, lo cual presenta efectos positivos tanto en la angiogénesis como en la osteogénesis a nivel terapéutico.
  5. Sistema Inmune: es el encargado de mediar la respuesta de reconocimiento, de defensa celular y tisular ante cualquier tipo de estrés. Por lo que, mediante este entrenamiento se favorece una mayor síntesis proteica y de crecimiento celular, realizándose mediante vías como la actividad macrófaga, la producción de HIF-1, las interleucinas o catecolaminas

Beneficios de la aplicación de BFRT (blood flow restricction training)

  • Se genera hipertrofia muscular a bajas intensidades de trabajo (entre el 20 – 40% de 1RM), lo cual puede ser debido al aumento de la IGF-1, fomentándose de esta manera la síntesis proteica. A su vez, se produce una acumulación sanguínea y de metabolitos que, junto con la hiperemia, favorecen la hinchazón celular.
  • El aislamiento de las fibras musculares rápidas (FT) tipo IIb, ya que, al producirse en un entorno hipóxico, se inutilizan las fibras lentas (ST) produciéndose una inhibición de la motoneurona alfa, obligando al organismo a trabajar en un sistema de carácter anaeróbico.
  • La acumulación de metabolitos y el aumento de la hormona de crecimiento (GH) y de la noradrenalina, debido al entorno más ácido y anaeróbico que se crea, siendo la GH importante en los procesos de regeneración y de recuperación de los tendones y de los tejidos blandos.
  • El desarrollo de nuevos capilares o angiogénesis, lo cual aumentará la capacidad oxidativa y de limpieza de los productos de desecho del músculo.

Posibles efectos secundarios y contraindicaciones de aplicar BFRT

Los efectos secundarios más comunes son la hemorragia subcutánea y el entumecimiento de la zona en la que se ha realizado la oclusión, además del dolor muscular que puede ser de inicio tardía, los mareos o los pruritos, pero todos ellos son de carácter transitorio. La aplicación de BFRT puede ocasionar la formación de trombos e incluso necrosis celular, por lo que sobra especial importancia el asegurar que se empleen presiones de restricción relativas e individualizadas para cada sujeto. Además de estos efectos, también pueden darse episodios de síncope, de rabdomiólisis, de anemia cerebral e incluso parálisis por compresión nerviosa.

Esta totalmente contraindicado el empleo de este procedimiento ante sujetos con historial clínico de trombosis venosa profunda, de varices exageradas o con embarazadas, por lo que se debe conocer previamente el historial tanto médico como deportivo del sujeto en cuestión antes de comenzar la aplicación del entrenamiento.

¿Quien puede beneficiarse con este tipo de entrenamiento?

Pacientes que han sufrido un largo tiempo de inmovilización y que tienen falta de fuerza y pérdida de masa muscular.

En nuestro día a día utilizamos el entrenamiento de restricción del flujo sanguíneo e hipertrofia muscular en pacientes que han sufrido una operación de ligamento cruzado anterior, pacientes que padecen de artrosis, y en algunos casos excepcionales de tendinopatías y roturas musculares, obteniendo hasta el momento excelentes resultados.

Si nos centramos en los pacientes que han sufrido una operación de ligamento cruzado anterior, sabemos que uno de los mayores retos para el fisioterapeuta es, además restaurar la movilidad completa de esa rodilla, lograr un nivel de fuerza y masa muscular similar al nivel pre-lesión incluso mejorar esos valores. Para este tipo de pacientes es muy difícil llevar a cabo un entrenamiento con cargas altas, por lo que BFR será una herramienta de gran ayuda en las primeras fases de rehabilitación (3). 

Otro tipo de pacientes que pueden verse beneficiados por este tipo de entrenamiento son las personas que padecen de artrosis, siendo la causa más común de invalidez en personas mayores de 60 años, afectando alrededor del 30-50% de la población. La mayoría de los síntomas, en especial el dolor, conllevan un abandono de la actividad física. Pues bien, se ha demostrado el potencial de BFR como un régimen de entrenamiento para mejorar el dolor y la función entre los adultos mayores con artrosis de rodilla.

¿Qué riesgos puedo correr mediante el uso de BFR durante el entrenamiento?

Es normal que, a las personas, cuando le hablemos de restricción del flujo sanguíneo, se paren a pensar en posibles riesgos. Siempre y cuando se tomen las medidas adecuadas está demostrado que existe un riesgo mínimo.

Uno de los miedos que puede tenerse es la necrosis de la zona donde se restrinja el flujo sanguíneo. En operaciones médicas, se produce una oclusión total del flujo sanguíneo, tanto arterial como venoso y durante un tiempo mínimo de 30-60 minutos. Como hemos comentado antes con el uso de BFR nosotros mantenemos el flujo arterial, quedando restringido únicamente el venoso.

Implicaciones prácticas

La literatura actual demuestra que la implementación de BFR en los programas de resistencia para deportistas, es decir, el volumen adicional proporcionado por este entrenamiento sin falla (30-15-15-15) no tiene efectos negativos sobre la recuperación del entrenamiento, pero la inclusión de múltiples series de entrenamiento de falla puede prolongar la recuperación y aumentar el dolor muscular de tardía aparición, con especial atención en sesiones de entrenamiento a las que los sujetos no estén acostumbrados. Esto podría reducir la frecuencia con la que se entrena semanalmente y, con ello, se podría conducir a una hipertrofia subóptima con el paso del tiempo.

Basándonos en la evidencia actual, el mejor enfoque sería la programación de múltiples series de entrenamiento de falla establecidas periódicamente, en sesiones de ejercicio en las que se puedan establecer días de descanso posteriores para así no proporcionar una disminución del rendimiento en las sesiones de entrenamiento posteriores, por lo que se deberá realizar después de un período de aclimatación inicial (de 2 a 4 semanas) de entrenamiento con BFR.

Otra aplicación útil del entrenamiento con BFR podría ser durante una fase de descarga planificada o cuando un deportista de competición se encuentra en plena forma para la misma, aumentando la probabilidad de lesión músculo esquelética. Además, también hay evidencia que sugiere un efecto analgésico significativo durante y después de la BFR, el cual puede durar hasta 24 horas. De esta manera, el deportista podrá continuar entrenando a pesar de padecer alguna lesión que, si fuese de otro modo, le dificultaría la intensidad del entrenamiento.

Algunas de las desventajas que presenta el uso de esta metodología están relacionadas con el debilitamiento de la musculatura a la que se le aplicará la oclusión, especialmente con manguitos de calibre más estrechos, por lo que será necesario que tanto terapeutas como entrenadores introduzcan los protocolos de BFR cuidadosamente y realicen una correcta progresión temporal para garantizar que las adaptaciones de protección puedan producirse con el objetivo de minimizar el riesgo de estrés y daño muscular excesivo.