por Manuel García Sillero

Una carga mecánica osteogénica óptima requiere la aplicación de impactos de gran magnitud a ritmos elevados. El entrenamiento de resistencia e impacto de alta intensidad (HiRIT) aplica este tipo de cargas, pero tradicionalmente no se recomienda para las personas con osteoporosis debido a un riesgo de fractura.

En contra de la opinión actual, la HiRIT fue eficaz y no indujo efectos adversos en condiciones altamente supervisadas en nuestra muestra de mujeres posmenopáusicas por lo demás sanas con una masa ósea de baja a muy baja.

Las pruebas realizadas en humanos indican que el hueso responde positivamente a las actividades de impacto y al entrenamiento de resistencia progresiva de alta intensidad. Además, la optimización de la fuerza muscular, el equilibrio y la movilidad minimiza el riesgo de caídas (y, por tanto, de fracturas)

Contrariamente a lo que podamos pensar, las actividades de bajo impacto como la natación, lejos de ser beneficiosas para la salud ósea, no causan efectos positivos sobre la misma.

A diferencia de las mujeres de que participaron en ejercicios de estiramientos y movilidad y perdieron sistemáticamente Densidad Mineral Ósea (DMO) en la columna lumbar durante 1 año, las mujeres que participaron en un programa de entrenamiento combinado de resistencia +
impacto (saltos) mantuvieron la DMO en esta zona.
Además de la DMO, el programa
el programa POWIR provocó cambios más favorables en el proceso de regeneración ósea, parecidos a los conseguidos por la terapia antirresortiva.

El Día Mundial de la Osteoporosis se celebra el 20 de octubre con el objetivo de hacer un llamamiento a nivel global para combatir la osteoporosis y las fracturas relacionadas.

Puedes conocer más sobre la enfermedad en la página oficial de la organización mundial de Osteoporosis:  https://www.osteoporosis.foundation/