por María Galván

Cuando llegan los meses próximos al verano y nos miramos al espejo, observamos esos kilos de más acumulados durante el otoño y el invierno, principalmente a causa de una vida sedentaria, y nos ponemos a pensar en este verano, tan nuestro, con las oportunidades de lucir nuestro cuerpo en la playa o en la piscina, por lo que nuestra cabeza piensa en una solución rápida: dieta y gimnasio.

Por ello, al pensar en la operación bikini, estamos sometiendo nuestra salud a una visión cortoplacista y eventual, regida únicamente por el aspecto estético, sin centrarse en el bienestar. Por lo tanto, ceñir lo que debería ser una necesidad orientada a mejorar nuestra calidad de vida al ámbito estético, puede producir efectos como ansiedad y baja autoestima, que en la mayoría de los casos será leve, pero en otras personas puede llegar a provocar problemas transitorios de salud mental más severos los cuales deberán ser tratados por profesionales cualificados.

¿Qué entendemos por “operación bikini”?

La “operación bikini” es un método que plantea un claro objetivo, la preparación de nuestro cuerpo para el verano. Tanto puede ser que se quieran perder algunos kilos cogidos durante el otoño e invierno, como la búsqueda de esculpir el cuerpo y prepararlo para poder lucirlo al máximo en la playa o en la piscina.

¿Cómo podemos conseguir este objetivo?

1. Lo primero que debemos hacer es concienciarnos. La estética es consecuencia de la buena salud, es decir, un “efecto secundario” positivo que facilita tener una mayor autoestima y percepción positiva, lo cual nos aportará seguridad a la hora de relacionarnos con más personas. Para ello, un buen estado de salud dependerá de varios factores: el descanso, la gestión del estrés, los correctos hábitos alimenticios, etc; y, todos estos factores, se desarrollan a través del hábito, es decir, la repetición continua y constante durante nuestras vidas.

Siendo nuestro principal objetivo conseguir mejorar nuestro aspecto corporal debemos hacer un primer análisis del punto de partida en el que nos encontremos. Debemos valorar en qué peso nos encontramos y cual sería nuestro peso ideal. Tendremos que revisar nuestros hábitos alimenticios y comenzar a eliminar todos esos excesos apostando por una nutrición saludable baja en grasas, lo cual nos ayude a comenzar a adelgazar. En el caso de encontrarnos en una situación de haber ganado muchos kilos, será más complicado realizarlo por cuenta propia, por lo que lo más recomendable es acudir a un especialista que nos pueda asesorar y diseñar un plan dietético acorde a nuestras necesidades.

Aunque la operación bikini se conciba como un plan de choque pensado para preparar el cuerpo para el buen tiempo, deberíamos considerarlo como un momento para aprender nuevos hábitos de vida saludables para intentar mantenerlos durante toda la vida. Por ello, existen numerosas dietas pensadas para este tipo de objetivos que promueven hábitos de vida saludables muy beneficiosos para el organismo.

2. Lo segundo que debemos hacer es acudir a profesionales de la actividad física para que, antes de ponernos a realizar cualquier tipo de entrenamiento por cuenta propia, nos evalúen y analicen nuestro estado físico actual, para que nos puedan facilitar un adecuado plan de entrenamiento acorde a nuestras necesidades y a nuestra condición física, aunque pueda estar en contraposición a lo que sean nuestros objetivos personales.

3. Por último, debemos enfocarnos en nuestro bienestar y salud, siguiendo las pautas ya marcadas por nuestro educador físico y una vez nos hallamos habituado a ellas, debemos mantener esa rutina no solo hasta verano, sino durante todo el año y para el resto de nuestra vida (siempre acorde con las necesidades que se nos vayan planteando).

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